El sol y la mentira, de Iria y Selene, te atrapará sin remedio. Al menos, es lo que me ha pasado a mí, que me la he fundido en un par de días. ¿Por qué? Porque retoma la mitología griega y la remodela con la ciencia ficción. Además, tiene una crítica social y política tremenda en un mundo muy bien construido —si te gusta el worldbuilding, vas a disfrutar mucho—. Asimismo, sus personajes son muy humanos y se representa y normaliza personajes LGTBI, algo que da gusto.
Todo esto y mucho más.
Quédate y lo verás con más calma. Pero antes:
Ficha técnica:
Título: El sol y la mentira
Autoras: Iria G. Parente y Selene M. Pascual
Editorial: Nocturna Ediciones
Géneros: fantasía (mitología), ciencia ficción, romance.
Cubierta: Irene M. de Torres
Ilustraciones del interior: Xènia Ferrer
Páginas: 592
Fecha de publicación: mayo de 2021
Quizá me he emocionado demasiado y no he empezado por el principio. El sol y la mentira, de Iria y Selene, es el segundo volumen de la saga Olympus —la primera novela es La flor y la muerte—. En ocasiones, como esta, me salgo de la norma y me leo antes una novela que ocurre después en la saga —como en el caso de Cómo el rey de Elfhame aprendió a odiar los cuentos, de Holly Black, novela anterior a la saga de Los habitantes del aire—. Sin embargo, solo lo hago cuando las obras son autoconclusivas y, por tanto, puedes leerlas en el orden que consideres. Así que me he leído primero El sol y la mentira para después, sin perder tiempo, comprar la primera parte, La flor y la muerte, y devorármela también.
Y esto de saltarme el orden me está gustando. Pues me da una visión diferente. No sé si soy la única tan friki que hace estas cosas o si también eres de mi tribu, je, je.
Veamos ahora los principales aspectos que hacen de El sol y la mentira, de Iria y Selene, una novela que engancha y la disfrutas muchísimo.
Mitología griega y ciencia ficción: un worldbuilding muy currado

El sol y la mentira de Iria y Selene se desarrolla en el año 2634, en Marte, donde Olympus controla todo, incluso planetas de otras galaxias. Esta sociedad piramidal está dividida en trece Servicios. Cada Servicio está basado en un dios o una diosa de la mitología griega y se ocupa de unas determinadas labores o esferas. Así, el Servicio de Zeus, el principal, es el encargado de mantener el orden frente al caos.
El Servicio de Afrodita —diosa de la Belleza y del Amor en la Grecia Clásica— se dedica al mundo de la moda y de la cosmética. Por su parte, Hermes —el dios mensajero de los dioses del Olimpo— gestiona las noticias. En cambio, el Servicio de Dioniso —Baco en la mitología romana, el dios de las orgías y el vino— ofrece al público programas de televisión basados en el morbo.
Por otra parte, dentro de cada Servicio también hay escalafones: en primer lugar está la figura principal del dios o diosa, y a continuación su sucesora o sucesor es el Hijo o Hija. Además, está la Familia. Evidentemente, hay muchos más ciudadanos por debajo, ya que esto es la élite.
Armand y Enid, la doble perspectiva y el mito de Ícaro

Los protagonistas son Armand Cordroy y Enid Dusan. Esta pertenece al servicio de Zeus y compite por ser la próxima dirigente. Enid forma parte de las Tres Cárites o las Tres Gracias, aunque es la más destacada de ellas.
La novela empieza en una fiesta, donde Armand apuesta con su amiga Diane a que no es capaz de acercarse a ellas. Desenfadado y seguro de sí mismo, Armand se lanza de pleno.
La novela aborda la historia de Armand y Enid desde la doble perspectiva de sus protagonistas. No obstante, Iria y Selene introducen una innovación —al menos se trata de una técnica narrativa muy poco utilizada—, pues si bien Armand emplea la primera persona, descubrimos los pensamientos de Enid y sus reacciones a partir de la segunda persona. Este aspecto lo comentaré más adelante.
Asimismo, la relación entre ambos jóvenes se equipara constantemente con Ícaro, uno de los mitos griegos más famosos —aunque imagino que muchas y muchos lo conoceréis, lo resumo por si acaso—: Ícaro era hijo de Dédalo, un inventor que, entre otras cosas, creo el laberinto de Creta para el Minotauro. En una ocasión, Dédalo construyó unas alas para poder volar. Ambos volaron sin problemas, hasta que Ícaro, sin escuchar a su padre, voló hasta el Sol. La cera de las alas se derritió e Ícaro murió despeñado.
Bueno, pues aquí este mito griego se reinterpreta de la siguiente manera: Enid es como una estrella, su posición social es tan alta que resulta inalcanzable para el resto de los mortales. Aún así, Armand se empeñará en volar hasta ella, aunque pueda acabar como Ícaro ya que el Sol puede cegarle.
Del mismo modo, la mentira que forma parte del título corresponde a Armand, ya que sus intenciones al acercarse a Enid es sacar provecho de su estatus y que ella luzca uno de sus diseños y le permita por tanto cobrar fama y reconocimiento.
Y, además, hacia el final de la novela se alude a otro mito clásico, el de Eros y Psique, aunque no diré nada más.
Armand, un nuevo modelo de masculinidad

Como sobrino de Afrodita y miembro destacado de este Servicio, Armand Cordroy es un hombre elegante, que va siempre de punta en blanco. Diseñador de moda de prestigio, se mueve entre los lujos de la élite de Olympus, en fiestas y desfiles de moda. Encantador por naturaleza, es capaz de encandilar a cualquiera, como sus numerosas conquistas demuestran. Y también sabe de la importancia de las redes sociales como medios excelentes para el marketing.
Pero esta elegancia y lujo nos muestra un nuevo modelo de masculinidad: el color del servicio de Afrodita es el rosa, color que siempre lleva Armand. Del mismo modo, se pinta las uñas y los labios.
Un hetero muy pink, ¿no? Pues bien: en mi humilde opinión, creo que resulta muy sorprendente pero muy refrescante. En mi caso, me resulta muy desagradable ver tantos machos musculosos, fornidos, machistas y sin sensibilidad que todavía a día de hoy inundan la ficción, especialmente en el cine y las series de televisión o de streaming.
Me gustaría ver más hombres cariñosos, empáticos e inteligentes como Armand. Porque es un personaje que te atrapa y te encandila, porque poco a poco vas conociendo lo que oculta en su interior.
LGTBI+, nos gusta la diversidad

Aunque en esta novela no está tan presente como en la primera, La flor y la muerte, algunos personajes secundarios pertenecen al colectivo LGTBI+. Así, me han encantado las madres de Armand, cariñosas y preocupadas en ocasiones por él. También aparecen algunos de los personajes protagonistas en la primera novela, como son Ianthe y Asha. Del mismo modo, sabemos que Enid es bisexual.
Pero más allá de la orientación sexual, lo que realmente me ha fascinado es la naturalidad que Iria y Selene tienen para desarrollar personajes muy humanos, del colectivo o no, a través de sus miedos, sus debilidades y, sobre todo, sus máscaras. Pues este es un mundo con muchas máscaras, donde el lujo y el poder esconden —si se me permite la expresión— mucha mierda.
Olympus: no es oro todo lo que reluce

Como ya he indicado al principio, El sol y la mentira plantea un mundo muy bien estructurado y realista —no quiero imaginar la de horas que Iria y Selene habrán dedicado a la construcción del mismo o worldbuilding—. En Marte se erige Olympus, una gran empresa que controla políticamente este y otros planetas de diversas galaxias.
Todo en Olympus es esplendor, todo parece fascinante e irresistible. No obstante, el sistema de los Servicios exige a todos sus miembros esforzarse al máximo, trabajar sin descanso. Es una sociedad muy competitiva y estratificada, donde los de abajo están ávidos por trepar en el escalafón y los de arriba no pueden permitirse fallar. Donde nadie es imprescindible, donde los errores se pagan caro.
Un mundo en el que no me gustaría vivir, por razones evidentes. Pero en el que me ha encantado zambullirme a través de la lectura.
Las redes sociales como instrumento de poder

Como ya he mencionado, la novela posee un trasfondo crítico a nivel político y social. Así, en Olympus las redes sociales son un instrumento muy eficaz para manipular a la gente, obtener beneficio, ascender en la jerarquía, pero también puede ser un medio para destruir la credibilidad de una persona. Un medio que observa a sus estrellas, las juzga, las adora o las odia.
Una crítica muy certera que alude a nuestra propia sociedad. En El sol y la mentira, de Irira y Selene, encontrarás alusiones a las fake news, a los haters o a los fans.
El narrador en segunda persona, un gran acierto

Confieso que en la Facultad de Filología el narrador en segunda persona se estudia —o se estudiaba en mis tiempos, ahora no sé— muy de pasada, como algo anecdótico. Yo siempre me preguntaba cómo sería eso, pues me costaba imaginar qué sensaciones me transmitiría como lectora y qué riesgos correría la autora al escribir de este modo.
Y de pronto me encuentro con que Enid Dusan nos narra en segunda persona. Me he sentido casi como si leyera una carta. Enid se dirige a Armand Cordroy pero, al mismo tiempo, nos hallamos en sus pensamientos. Y confieso de nuevo que me ha encantado, ha hecho que me estalle la cabeza.
Quizá haya más novelas de fantasía o ciencia ficción que empleen este recurso, pero yo no conozco ninguna. Si tú sí, déjame las referencias en los comentarios del final, please.
Hasta aquí el artículo de hoy sobre El sol y la mentira, de Iria y Selene, una novela autoconclusiva muy adictiva. Si te he convencido, puedes incluso leértela antes de la primera parte, La flor y la muerte. En todo caso, esta es una saga que vale la pena no perderse.
¿Te has leído ya la primera parte? ¿Qué opinas de lo que te he contado de esta segunda? Deja tus comentarios al respecto, estoy deseando saber tu opinión.
Enlaces interesantes:
El sol y la mentira, de Iria G. Parente y Selene M. Pascual, en Nocturna Ediciones: además de acceder a la sinopsis y al libro, también puedes descargarte gratis el inicio de la obra.
Creando entre dos, la web de Iria y Selene, donde encontrarás más relatos sobre la saga de Olympus.
Si deseas saber más sobre los artistas que han creado la cubierta y las ilustraciones del interior, aquí tienes el acceso a las obras de Xènia Ferrer y a Irene M. de Torres.